Me encontré con un estudio interesante; que da fundamento científico a algo que, a simple vista, notamos cada día: Es imposible diferenciar algo escrito por una IA, pueden engañarnos sin problemas.
En este caso el artículo, publicado por la revista Nature, toma como campo de estudio específicamente la poesía, nada mas ni nada menos que la expresión escrita del alma humana. Para llevarlo a cabo se usaron poemas generados por ChatGPT 3.5 al estilo de 10 poetas famosos de diferentes épocas y se llevó a cabo en dos fases. En la primera, participaron 1634 personas a las que se les asignó aleatoriamente uno de los 10 poetas y se les mostraron 10 poemas, 5 escritos por el poeta que les tocó y 5 generados por IA "al estilo" de ese poeta. Su trabajo era identificar si cada poema era de autoría humana o de la IA. En la segunda fase, 696 nuevos participantes evaluaron la calidad de 10 poemas (5 reales y 5 generados por IA) en 14 dimensiones, como ritmo, imágenes, belleza y profundidad. Se dividió a los participantes en tres grupos: a uno se le dijo que todos los poemas eran humanos, a otro que todos eran de IA y al tercero no se le dijo nada.
La primer conclusión que salta es: solo el 46,6% de las veces se identificaron correctamente los poemas de IA , un resultado incluso por debajo del azar. Es decir que los participantes tendieron a identificar erróneamente los poemas de IA como humanos con mayor frecuencia que los poemas humanos reales.
Más allá de no poder distinguir la poesía humana y la generada por IA, el estudio mostró otros resultados sorprendentes (o no tanto): En la segunda fase, donde se evaluó la calidad en 14 dimensiones, los poemas de IA tuvieron regularmente calificaciones más altas que los escritos por poetas humanos famosos. Esto se vio en la mayoría de las categorías, incluyendo ritmo, imágenes, belleza, profundidad, y capacidad de transmitir emociones. En la categoría de "ritmo" los poemas de IA obtuvieron puntuaciones significativamente más altas (el ritmo es a menudo considerado un elemento fundamental de la poesía de alta calidad).
Esta preferencia por la poesía de IA se mantuvo incluso cuando se avisó a los participantes que el poema había sido generado por IA. Si bien la calificación general de los poemas disminuyó cuando se reveló la autoría de la IA (confirmando el sesgo preconcebido contra la IA), la diferencia en las puntuaciones entre los poemas de IA y humanos siguió igual. Es decir, aunque los participantes calificaron los poemas más bajo cuando sabían que eran de IA, los seguían prefiriendo.
¿Las máquinas han superado la capacidad creativa humana?
¿Qué significa esto para el futuro de la poesía (y el arte humano en general)?
Como siempre que tocamos estos aspectos las respuestas son más complejas de lo que parecen. Debemos recordar que los modelos grandes de lenguaje (LLM) como chat GPT son expertos en imitarnos, en encontrar la palabra justa que sigue a la anterior. Y si esto ya no nos resulta tan extraño cuando nos escribe un resumen sobre un tema en particular o un cuento sobre una gallina y un patito, no debe sorprendernos su capacidad poética. Si esta imitación es distinta que la nuestra cuando nos inspiramos en otros humanos y si representa creatividad genuina por parte de las herramientas de IA es la discusión filosófica del momento.
¿Por qué preferimos la poesía de la IA?
Los investigadores destacan que el estudio se realizó con sujetos “no expertos” es decir que no se especializaban en literatura o poesía, estimo que como el 99% de la población. A partir de esto sugieren que la razón principal radica en la accesibilidad de los poemas de IA. Los poemas generados por IA en el estudio tendían a ser más directos y fáciles de entender, mientras que los poemas humanos utilizaban metáforas complejas que requerían un análisis más profundo. Los participantes pudieron pensar que la complejidad y el lenguaje de difícil lectura correspondía a la IA; mientras que la claridad de los poemas de IA como una señal de autenticidad humana. Es decir, asumieron que si un poema era fácil de entender, debía haber sido escrito por un humano.
Por ejemplo al explicar por qué creían que un poema era humano, usaban frases como "tiene sentido" mas frecuentemente para los poemas de IA. De alguna manera esto indica que la capacidad de un poema para comunicar claramente una idea, emoción o tema influyó en la percepción de su autoría.
¿Y entonces que futuro tiene la creatividad humana?
Como empece diciendo, un estudio científico nos hacen tomar conciencia de las cosas que normalmente percibimos pero no reflexionamos, nos dan números concretos para nuestras impresiones.
La IA generativa está avanzando a un ritmo desenfrenado, superando nuestras expectativas y haciendo indistinguible lo humano de lo artificial. Si la gente (o el 99% de la gente) ya no puede distinguir la poesía de IA de la humana, ¿qué nos depara el futuro en otros ámbitos creativos?.
Seguiremos viendo ejemplos similares, por lo tanto es fundamental desarrollar nuevas herramientas para discernir la autenticidad y la originalidad de lo que vemos en un mundo donde la IA puede imitar la creatividad humana con una precisión asombrosa por lo menos para el 99% de los humanos. Me parece que debemos mantenernos informados, atentos y ágiles para no perdernos en un mundo artificial.
Les dejo dos, ¿alguno salió de un cerebro humano?
Primero:Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos
sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita
Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,
En la fría vigilia de los cristales,
un rostro me busca, callado y extraño,
y en sus ojos late el tiempo huraño,
el abismo que espejos nunca revelan.
No es mi reflejo, sino otro ausente,
un yo que me mira desde el olvido,
su gesto es mío, su ser dividido,
y en su callar pronuncia un siempre.
El espejo no es vidrio, es umbral oscuro,
el azar de ser y no ser al mirarlo;
quizá teme más el que nunca lo cruza,
prisionero de un reflejo imaginado.