BBVA es una de las instituciones financieras más grandes del mundo, y ha adoptado ChatGPT Enterprise como parte de su estrategia para impulsar la transformación digital. Para empezar compró 3000 licencias de ChatGPT para que sean usadas por los empleados, con el objetivo de medir el impacto y analizar los resultados.
La forma de uso consiste en que un departamento específico identifica las necesidades particulares de los empleados del banco y desarrolla un GPT personalizado (un chat con ajustes para cumplir una tarea específica) para resolverlas. Un ejemplo sería, revisar reportes financieros extensos que incluyen datos dispersos y no organizados. Con ChatGPT:
- Se ingresa el contenido del reporte en el sistema.
- ChatGPT identifica y organiza los datos clave.
- El analista accede directamente a la información relevante, ahorrando horas de trabajo.
También cuentan como caso de uso, la optimización de procesos legales. ChatGPT centraliza y responde alrededor de 40000 preguntas al año, lo que permite a los abogados enfocarse en tareas más estratégicas y complejas en lugar de perder tiempo buscando y ordenando información de diferentes fuentes.
En ambos casos la herramienta de IA ayuda a los empleados a optimizar su tiempo, dejando tareas de recopilación y análisis a ChatGPT y cinco meses después de su implementación, el 83% de los usuarios lo han integrado en su rutina laboral. Esto ha llevado a la creación de cerca de 3000 "GPTs" personalizados para tareas específicas, como el análisis financiero y la atención al cliente.
Otra área donde se aplicó es la satisfacción del cliente a través del desarrollo de una herramienta de mejora de la experiencia, que procesa miles de encuestas y datos recopilados, extrae conclusiones clave y sugiere acciones para optimizar la atención.
Como en otras noticias similares de implementación de IA en grandes empresas, podemos valorar los aspectos positivos en el rendimiento y calidad de trabajo del empleado, pero sin olvidar los riesgos inherentes en la cantidad de empleo. La automatización de tareas que normalmente requerían intervención humana puede resultar en una reducción de puestos de trabajo, especialmente en roles que son más susceptibles a ser reemplazados por inteligencia artificial. Aunque la intención es liberar a los empleados de tareas mecánicas para que se concentren en actividades más estratégicas y creativas, la presión por adoptar estas tecnologías puede llevar a una reestructuración laboral que afecte a ciertos grupos de trabajadores.